Lidia se despertó sintiéndose una fracasada. Hay días que ella abre los ojos y se siente una joven, bella y exitosa mujer, pero hay días como hoy, que se siente una puta frustrada. Una puta con aires de grandeza. Se siente frustrada porque no está en el cartel como actriz protagonista de la última película española que acaban de estrenar, porque no pudo conquistar el corazón de ningún director de cine premiado. -Fíjate en lo que tienes y no en lo que te falta.- Le aconseja un amigo cuando le cuenta las angustias que le carcomen las entrañas. Vale, entonces piensa en todo lo que hay para agradecer: Tiene un trabajo que más o menos le gusta y que le pagan bien, y tiene a Carlos: Un camarero con el que sale desde hace seis meses, que la quiere y que lo da todo por ella, hasta lo que no tiene. Pero se mira la cara en el espejo del baño y recuerda que en una semana es el estreno del corto de un amigo, y piensa que en esa fiesta, quizás, conozca a un mecenas que la va a salvar. -¡No pued...
Escribir, muchas veces, me salvó la vida.