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Flor de Loto.

¿Por qué no pienso? Me lo pregunto a los gritos y no encuentro respuesta.
¿Tan difícil me resulta pensar un poquito? ¿Tanto esfuerzo me requiere?
¿Por qué siempre elijo el camino menos práctico?
¿Por qué cojo el sendero más doloroso?
¿Por qué me comporto así?
Tantas preguntas y encima ya tengo todas las respuestas.
Es que tengo al planeta Marte en cuadratura con Júpiter.
Está cuadratura me convierte en un caballo desbocado, en un ser peligroso.
Pero quédense tranquilos, el peligro que ofrezco es solo para mi misma.
Soy tan imprudente, una temeraria.
Si, pertenezco al grupo de los seres que nos tiramos de un acantilo sin saber si hay rocas que nos van a partir la cabeza debajo del agua.
En estos momentos estoy viviendo un nuevo drama.
Trabajo en el Círculo de Bellas de Artes como modelo de pintura.
El trabajo es bien simple, pero puede ser tan complicado a veces, sobretodo si el personaje que lo realiza tiene una carta astral como la mía.
Hace dos días me toco elegir mi nueva postura. Una postura que tendré que mantener durante quince días hábiles, tres horas diarias.
“¿Solo tres horas diarias trabajas?” Espero que nadie se atreva a esbozar está pregunta, sobretodo en el transcurso de estás semanas.
La postura que elegí tiene un nombre y se llama Flor de Loto.
¿Se va entendiendo más o menos cual es mi problema?
Me duelen muchísimo las rodillas. Un dolor que tendré a soportar trece días más.
Un dolor que a veces pienso que me puede dejar secuelas de por vida. Tengo tanto miedo.
Pero en el fondo de este dolor hay un mensaje bien claro.
Los espíritus nos hablan constantemente, pero nosotros nunca los escuchamos, hacemos como que no existieran.
Entonces primero nos hablan a nuestra alma: No hay respuesta por nuestra parte. Entonces nos hablan a nuestra mente, tampoco contestamos.
Entonces “Ya fue” dicen:
Y nos dan un toque en el cuerpo.
Ahí si salta una respuesta. O vamos a un centro de salud o vamos a un curandero o nos quedamos en casa pensando con lágrimas en los ojos:
“¿Por qué a mi”?
¿Por que justo ahora que me apunte en un curso de samba se me joden las rodillas?
Yo estuve años leyendo libros de autoayuda.
Pase por divanes de psicoanalistas, consultas de psicólogos conductistas de la Seguridad Social, terapeutas florales, constelaciones familiares, un chino acupuntor, astrólogos varios, una grafóloga, grupos de yoga tantrico, varios chamanes, terapeutas del eneagrama, de la gestalt y por una bruja que me tiraba el tarot de Marsella.
Y hasta ostento un diploma de Maestra de Reiki.
También pertenecí a unas cuantas organizaciones religiosas y/o espirituales.
No voy a ser tan osada de decir que me ilumine por que eso no me lo van a creer. Pero si llegue a una conclusión:
Que en vez de preguntarme” ¿Por qué?”, reflexionara concientemente:” ¿Para que?”.
¿Para que me paso todo esto?
¿Que tengo que aprender?
Busco en uno de los best séller de autoayuda la probable causa de mi problema de rodillas:
“Orgullo y obstinación. Incapacidad de inclinarse. Miedo. Inflexibilidad, mala disposición a ceder.”
La verdad no se si entiendo lo que pone en el libro. Lo que si me da la sensación es que tengo que cambiar de dirección.
Que mi cuerpo me dice:
“Basta, yo por acá no avanzo más, o cambias o te dejo sin caminar”.
Un poco crudo, ¿Verdad?
Pero no se preocupen, yo soy una optimista crónica. Y siempre veo luz en la más profunda oscuridad. Me regocijo al pensar que tengo muchísima suerte, y que si sigo viva es gracias a mi signo ascendente.
Todo está bien, todo pasa. Me repito.
Simplemente tengo, una vez más, que volver a patear el tablero, sin compasión y sin miedo de quedarme en la nada.
La vida siempre te recompensa cuando das un salto al vacío. Te da un premio bien gordo cuando te plantas firme frente a los huracanes.
Y así nos vamos haciendo fuertes, de a poquito, para cuando llegue la muerte, podamos decirle, tranquilamente:
“Aquí me tienes”.

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