Vanina acababa de cumplir 30, cada día más aburrida con su vida, sin pareja, no tenia nada que la atara, y después de trabajar 10 años como monitora en un gimnasio de Madrid, con los pocos ahorros que contaba, decidió irse a Tailandia para hacer un curso de masaje...Tailandés. Y ahí conoció a... algo así como un mecenas. James, nacido en Estados Unidos, vivía entre Texas y Tailandia donde un día se compro una casa. “ No se si James me gusta pero bueno....” . Solía pensar Vanina. “Lo veo como un maestro” también reflexionaba. Claro, James tenia 65 años. En Tailandia no solo practicaban juntos lo que aprendían en el curso sino que además James la invitaba a jugar al tenis, salían juntos a correr, iban a nadar, buceaban, todo muy bonito, pero cuando llegaba el momento de dormir con él, la tranquilidad de la noche atormentaba su cabeza,” Que extraño que es todo”, pensaba Vanina. Hasta que días antes de que cada uno regrese a su lugar, James, le ofrece vi...
Escribir, muchas veces, me salvó la vida.