Está todo oscuro y no quiero ni abrir los ojos, sin embargo tengo que hacerlo. ¿Viste cuando sentís que ya está?...Sé que es momento de pasar a la acción...¿Sabes de lo que hablo? Tengo que juntar fuerzas de donde sea y moverme. Pero no quiero. Lo estoy pasando muy mal; es horrible todo lo que estoy viviendo. ¿Por qué? Me pregunto “Por qué” todo el rato...¿Por qué la calma no puede durar mucho tiempo? ¿Por que cada cierto tiempo aparece la tempestad? Que angustia siento por Dios, ¿No puede ser más fácil? ¿Por qué todo en mi vida se repite como un bucle? Está todo bien un tiempo y luego viene un huracán que arrasa con todo sin piedad. Siento como si alguien, un gigante, me aplastara. Me siento tan indefensa. Solo pido que si existe un Dios, que me ayude en este momento, porque no estoy segura de poder salir de esto. Me estoy desesperando cada vez más, y no veo que vaya a poder moverme de acá. Pero si había estado todo bien! Pasé unos meses súper tranquila, segura, ¿Ya se tenía que acaba...
Nunca me imagine qué subirme a ese taxi me cambiaria la vida, nunca se me ocurrió que podría pasarme algo así. Voy a intentar resumirlo lo más que pueda, aunque cada vez que voy recordando los hechos, más detalles de lo que pasó me vienen a la cabeza. La verdad que lo estoy escribiendo porque es algo que lleva diciéndome mi terapeuta hace meses, “Quítate esta mochila de encima, después rompes el papel, que nadie lo vea” me insiste en cada sesión semanal que tenemos. Era un miércoles, había estado con unos conocidos en un bar, y decidí irme sola a la habitación sin ventanas que estaba alquilando. Me gustaba mucho caminar de noche por Londres pero ese día no se porque pensé que la mejor opción era tomarme un taxi. El taxista era un hombre robusto, no me llamó la atención en ese momento, fue después cuando lo investigue en sus redes sociales, que por cierto era muy activo, que me pude hacer una idea de lo que era su vida. Pienso en él y me dan muchas ganas de ll...